María

María es una maestra.
Como todas las maestras ha de tener unas determinadas características, como una paciencia de ángel, una memoria de elefante, un corazón tan amoroso como  el de un osito, labios con termómetro para detectar la fiebre, ojos por todos los lados de la cabeza, orejas con control del volumen, ocho brazos como un pulpo. . .


Pero a pesar de que los alunmos las vean como super heroínas mágicas, las maestras no son como Mary Poppins: prácticamente perfectas en todo. 




Y María tampoco, porque a veces se enfada un montón, llega cansada a casa, se pone enferma porque los niños le contagian todo. . . 
Pero lo bueno que tienen los niños es, que a pesar de todo, solo nos devuelven lo bueno. Por eso, a María le encanta ser maestra y no lo cambiaría por nada del mundo.