Lo primero que nos pasó, fue que no encontrábamos la vela para ponerla en la súper tarta con corazones que nos trajo al cole para compartirla con todos sus compañeros.
Lo segundo, es que cuando la conseguimos por fin, no encontrábamos el mechero para encenderla, por lo que nos tuvimos que imaginar que la apagaba.
Finalmente, cinco minutos antes de irnos a casa.... ¡¡¡Encontramos el mechero!!! y, por supuesto, encendimos la vela para soplarla.
Para rematar la jugada, la seño perdió las fotos, pero ya las ha encontrado y aquí están, listas para colgar en el blog.
Más vale tarde que nunca.
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